Bienvenido a la tercera clase de Agentes Extintores. Atención que esta clase viene repleta de información de utilidad que tendrás que aplicar en menos tiempo del que te imaginas. Vamos a explicarte todo lo referente a la espuma.
Las espumas serán combinaciones de burbujas llenas de aire, con una densidad menor que los líquidos inflamables, esto consigue que se depositen en un nivel superior al combustible evitando el contacto con el oxígeno, eliminando así la combustión por sofocación.
Para el proceso de formación de la espuma, necesitaremos mezclar espumógeno y agua, esto da como resultado una disolución jabonosa llamada espumante, al cual en el equipo de producción de espuma se le añade aire mediante efecto Venturi, dando como resultado la espuma.
En función de la relación del espumante y espuma final obtenida tendremos espumas de baja, media y alta expansión. Utilizaremos unas u otras en función del tipo de combustión que nos enfrentemos.
Una de las mayores limitaciones de las espumas es que a la hora de extinguir combustibles polares, el combustible extrae el agua de la espuma, destruyendo la capa que evita que el oxígeno entre en contacto con el combustible. Por suerte, hay tipos de espuma específicos para evitar que esto ocurra como la AFFF.
Tendremos diferentes espumas en función de la naturaleza de sus componentes, proteínicas o sintéticas, y por último una clasificación en función de la función para la que sea destinada, ya sea para extinguir fuegos de hidrocarburos, líquidos polares o espumas polivalentes.
Nos vemos en clase.